"Reflexiones sobre la importancia de la música y su pedagogía en la infancia"
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domingo, 23 de mayo de 2010

Desarrollar la sensibilidad del bebé y del niño para la música.

¿Habéis imaginado alguna vez un mundo en el que no hubiera sonido?

Si paramos para observar, casi todos los sonidos que oímos durante el día son como instrumentos musicales tocando alguna canción: la lluvia, el viento, los truenos, el cántico de los pájaros, etc. Es así cómo los bebés empiezan a observar, aprender, a diferenciar y a adquirir sensibilidad con los sonidos.
La música trae bienestar y tranquilidad para el bebé, desde cuando él se encuentra en el vientre de su madre Si la madre escucha música de forma repetida durante el embarazo, el bebé la recuerda después de nacer y se calma con ella si la oye.

En un estudio reciente, un grupo de niños cuyas madres habían seguido una serie de televisión ¡se calmaban al oír la sintonía en la primera semana de vida! Los niños de madres que no habían visto la serie no respondían de la misma forma. Las investigaciones demostraron que los bebés habían aprendido a asociar la sintonía, con un período de paz y tranquilidad, en el que mamá se ponía cómoda durante media hora en frente de la televisión. Se pudo apreciar el mismo tipo de reacción en los bebés cuyos padres oían regularmente la misma música durante el embarazo.


Según el pianista alemán Wolfgang Leibnitz, "La música es el placer que el alma experimenta contando sin darse cuenta de qué cuenta". Una forma para desarrollar la sensibilidad del bebé para la música es hacer con que él imite, con la boca, los sonidos de los objetos y de lo que pasa en su alrededor. Eso puede ser el principio de todo.

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